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La universalidad del mensaje: la objetividad del siglo XXI


Las agencias de noticias mundiales abogan por ser garantes de la objetividad. El manual de estilo de France Press (AFP) señala tácitamente: “sea usted objetivo. No opine. No juzgue. Proporcione información”. Medios, escuelas de periodismo estadounidense, y periodistas, como el inglés C.P. Scott, antiguo editor del periódico The Guardian también coincidía con la premisa. Él decía: “los hechos son sagrados, los comentario son libres” (the facts are sacred, comments are free).

Ante este panorama ¿las personas pueden fiarse de la veracidad de cualquier noticia? ¿Acaso todos los medios procuran la objetividad? La historia de la humanidad está entrelazada de intereses. K. Marx y F. Engels se referían en “La ideología alemana” que son las ideas de la clase dominante (en todas las épocas) las ideas dominantes, porque son quienes cuentan con los instrumentos de producción material y por sobre todo, intelectual, como academias, editoriales o escuela. El capital está referido al acaparamiento de recursos económicos y también a los políticos e ideológicos con el fin de reducir las manifestaciones de una civilización a un monopolio, una creencia o mensaje único.

La idea es respaldada por Slavaj Haskovec, ex-vicedecano de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Praga quien aseguraba que “aunque se abstenga de formular opiniones personales, todo corresponsal está inevitablemente bajo la influencia de valores prevalecientes en el medio ambiente en el que ha crecido o se lo ha educado, de las instrucciones que le da su jefe de redacción y de la política que sigue el editor”.

Por lo tanto, considerar a alguien poseedor o depositario de la verdad plena carece de sustento. El profesor de comunicación argentino Victor Ego Ducrot, propone que el periodismo subjetivo no puede existir, porque si no, es propaganda “el mismo será parcial, como lo es toda actividad humana desde el punto de vista cultural antropológico, y entendida esa parcialidad no como aceptación de una parte en detrimento del todo, sino a como asunción de una postura propia del periodista y/o del medio, ante el complejo y multifacético entramado de hechos sobre los que trabaja la práctica periodística” afirma.

Es erróneo que un medio de comunicación haga mella de ser objetivo y equilibrado, y por lo tanto crea tener la suficiente potestad para ser los propietarios de las verdades. El periodismo es objetivo (hechos verídicos) y parcial (característica social y subjetiva del ser humano) al mismo tiempo. Ego advierte que las grandes corporaciones mediáticas tienden a la tergiversación “al convertir su parcialidad en objetividad, al convertir su propia parcialidad (discurso de clase o grupo) en objetividad (en discurso universal)” señala el periodista argentino.

En este sentido, para estructurar una verdad parcial en un discurso universal es menester que se establezca entre la opinión pública. El periodista español, José Luis Dader sostiene múltiples factores para que ese mensaje tenga mayor influencia entre los sujetos del espacio público. El primer condicionante es la situación de homogeneidad en la agenda de contenidos de los diferentes medios “El factor anterior apunta también a que si las agendas de los diferentes medios son coincidentes, el efecto global será mayor”. También lo hacen, la duración y abanico de la exposición a un asunto.

El ejemplo más ilustrativo es Prisa, un grupo multimedia español de comunicación, de radio, televisión, prensa escrita y editoriales, con presencia en 23 países de Europa e Hispanoamérica, y con un público de 700 millones de personas. Algunos de sus medios son El País (España) Caracol Radio (Colombia), Televisa Radio (México) y la editorial Santillana. Un medio de comunicación puede establecer una matriz de opinión con gran comodidad, o lo que es lo mismo, posicionar que una verdad parcial sea una verdad absoluta a través de todo el conglomerado mediático a su disposición, como lo es Prisa.

En los últimos años, son las grandes corporaciones (agencias, cadenas informativas) que dictan cuáles son las “noticias”. Son ellas quienes determinan quién es el justo y quién es el injusto. Los medios de comunicación deben apegarse a su “objetividad” y corear al unísono el mensaje universal. El periodismo del mundo occidental ha llevado a estandarizar en prototipos los problemas de un país. Sin reconocer, que es solo un foco, del ramal de los punto de vista.

Referencias bibliográficas

Dader, J. (1992). La canalización o fijación de la "agenda" por los medios . En Opinión Publica y Comunicación Política (pág. 294). Madrid: Ediciones de la Universidad Complutense.

Ego, V. (2009). Una sistesis introductoria hacía una metodología propia para el análisis del discurso periodístico. En El sigilio y la nocturnidad de las prácticas periodísticas hegemónicas (pág. 7). Buenos Aires: Intencionalidad Editorial.

Haskovec, S. (1980). The News Agency in the System of Mass Media. Praga: International Organization of Journalists.

Marx, K., & Engel, F. (1932). Biblioteca Virtual Universal. Recuperado el 29 de 05 de 2017, de http://www.biblioteca.org.ar/libros/131840.pdf


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