Abril: ¿vencedores o vencidos?
Culminó el cuarto mes del año 2017, sin duda, 30 días donde la tensión política, económica y social de Venezuela aumentó producto de la publicación de las sentencias 155 y 156 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia TSJ con fechas del 28 y 29 de marzo respectivamente, que fueron corregidas en las sentencias 157 y 158 pero que a efectos políticos sigue vigente los aspectos establecidos en las dos primeras.
En la 155 se deja sin efecto la inmunidad parlamentaria que gozan los diputados a consecuencia del “desacato” que mantiene la Asamblea Nacional AN a las sentencias emanadas desde el máximo Tribunal del país por la diatriba política que se ha venido manteniendo durante los 14 meses que tiene la mayoría opositora sesionando en la AN. Por su parte, la sentencia 156 se basa en dos puntos polémicos. 1) Este consiste en suprimir el control que tiene el Parlamento sobre la creación de empresas mixtas como es el caso del arco minero del Orinoco con la participación de China, Rusia y el gobierno de Venezuela; y esta función se la otorga al ejecutivo sin participación del parlamento.
El segundo punto de esta sentencia gira en torno al despojo de las competencias por parte del Poder Judicial al Legislativo en vista del “desacato” que a efectos del TSJ aún se mantiene por parte de la AN, factor que aumenta la confrontación entre las partes e hizo que en abril se incrementará la coyuntura política, social y la económica, además de la llegada de nuevas protestas contundentes, organizadas y acompañadas por los líderes de oposición que tienen una mejor planificación en comparación a la suscitadas en 2014, mientras la respuesta al descontento de un amplio sector de la sociedad ha sido una represión agresiva y desmedida por parte de los cuerpos de seguridad del Estado y simpatizantes armados identificados como aliados al gobierno, denominados “colectivos” que hasta el momento ha cobrado la vida de al menos 29 personas y una gran cantidad de personas heridas y detenidas durante manifestaciones del mes que recién terminó.
A este escenario se le suma el pronunciamiento de la Fiscal General de la República quien dejó confundido y desconcertado a más de uno al afirmar durante la memoria y cuenta de su despacho durante el 2016 de la “ruptura del orden democrático” con relación a las sentencias del TSJ lo que fue para el presidente de la República Nicolás Maduro fue un “impase” resuelto a través del Consejo de Defensa de la Nación la misma noche del 31 de marzo y que ya en la madrugada del 1ero de abril habría sido superado según el Jefe de Estado, el Vicepresidente Ejecutivo y el resto de los integrantes del Consejo quienes acompañaron la transmisión en cadena quienes terminaron afirmando que abril sería un mes de victorias a favor de la revolución bolivariana, también agregamos el pronunciamiento que hizo públicamente el hijo del Defensor del Pueblo quien pedía a su padre que acabe con “la injusticia” que asedia al país y quien asegura que fue víctima de los efectos de los cuerpos de seguridad y del escarnio público al cual ha sido sometido el y su familia luego de los pronunciamientos del Defensor y de los múltiples intentos por llegar a su despacho por parte de los opositores aunque el expone que contestó a esa petición en 5 ocasiones diferentes y ha llamado al cese inmediato del exceso en el uso de la fuerza, pero esto pasa por debajo de la mesa tanto para los efectivos de los organismos de seguridad como a los radicales de ambas tendencias que acuden a estos mecanismos tóxicos para el ejercicio de la protesta pacífica.
Sin embargo, al culminar el cuarto mes del 2017 es pertinente preguntar; ¿Quién es el vencedor? El gobierno que mantuvo una línea de ataque en pro de la defensa de su proyecto revolucionario, bajo una violencia brutal que cobró la vida de venezolanos que sin importar su tendencia política, su condición socioeconómica perdieron lo más valioso después del derecho a la salud, la alimentación, la libre expresión… ¡El derecho a la vida! También obtuvo un respaldo en la manifestación convocada por dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela PSUV el 19 de abril y demostró que todavía goza de respaldo popular; ganaron un nuevo argumento para justificar su salida de la OEA a raíz de las constantes discusiones en este organismo sobre la situación del país.
¿Ganó la oposición? Pues recuperaron el poder de convocatoria, un discurso fortalecido, una coyuntura que sostiene el descontento de la ciudadanía y que cada vez suma más apoyo de zonas populares tradicionalmente identificadas con el oficialismo tales como El Valle, Petare, Catia, San Martin, El Paraíso, Caricuao, Montalbán, Barinas, Apure, Yaracuy, Vargas, Carabobo, Aragua, entre otras… El respaldo internacional de 20 países pertenecientes a la Organización de Estados Americanos OEA y de otros tantas naciones e instituciones a lo largo del mundo que han emitido pronunciamientos sobre la situación de Venezuela, el respaldo y el respeto de la AN por parte de los ciudadanos y un refrescamiento de su liderazgo que ha sorprendido con protestas masivas e innovadoras como el “Planton” o la resistencia y aun más con permanecer en las manifestaciones y aguantar la represión con el resto de los manifestantes quienes en otras ocasiones enfrentaban solos los ataques de sus adversarios y ahora todos coexisten con un mismo objetivo en común que convierte a convocatorias como las del 19 de abril y el resto en jornadas de combate por lograr el cambio político, económico y social del que tanto hace alusión y oxigenan al resto de la población a construir una mejor Venezuela.
Finalmente, ¿Ganó la ciudadanía? Quien se resiste a la inflación, el desabasteciendo, el estado deficiente del sistema de salud y el educativo, la inseguridad, las precariedades de los servicios públicos, la censura y autocensura en los medios de comunicación social, la baja calidad de vida y ahora el temor producto de las manifestaciones, el efecto de los gases lacrimógenos que afectan a las residencias y comercios localizados cercanas a manifestaciones que interfiere en la dinámica de las ciudades, en especial, en el transporte público los más afectados con estas acciones, no obstante, quizás el triunfo de la ciudadanía fue por que salió a defender sus derechos y a manifestar su apoyo o molestia a favor o en contra del Gobierno de turno.
Un pueblo que deja a un lado a los radicales que se delatan solitos y manifiesta en paz que la solución de toda esta esquizofrénica crisis se consigue con lo más valioso de una democracia ¡Elecciones! Que debe apoyarse en el diálogo que no busque ganar tiempo, que concrete soluciones a favor de una nación que exige un cambio para mejor.
